5/22/2007

Recordando La Nota Discordante: 2º Parte

Cuando llegamos a Radio MAI, después de casi 4 años de suplicio subtecnológico en Radio La Granja, en la que teníamos que grabar en cinta las canciones que queríamos pinchar, porque no funcionaba bien el cedé, no nos podíamos creer la maravilla que suponía poder llevar nuestros discos originales. Allí llegamos de la mano de José Antonio Lacosta, David Sanz y David Vidal, que ya tenían sus programas allí. En La Granja habíamos dejado a Edu Lahoz con su Atácate (después de que Pablo Pacual se fuera durante 1 año a Francia) y a Ángel Meaestre con su proyecto radiofónico EnTrance, una especie de spin-off bastardo de nuestro programa. También Fernando se quedó por allí después de su fugaz paso por La Nota Discordante. En Radio MAI estuvimos algo más de 3 años. Comenzamos con un cambio de sintonía y una nueva estructuración del programa, donde la música electrónica se convertía, si cabe, en un eje mucho más central que hasta entonces. La ciencia ficción fue perdiendo protagonismo, así como la ciencia. A los sonidos de comienzos de los 90 fueron uniéndose nuevas etiquetas como jungle, big beat o trip hop, y David Sanz tuvo una sección fija dentro del programa durante unos meses. Durante este tiempo, el fanzine de fotocopias homónimo se transformó en una publicación mucho más trendy, con la inestimable ayuda de Monsieur Lizano. El recuerdo de los presupuestos para los fotolitos y los continuos errores de post-script aún nos pone la carne de gallina. Conseguíamos la publicidad justa para editar el siguiente número. No existía la cultura de las revistas gratuitas de hoy en día, donde cualquiera que quiera estar en el candelero, debe publicitarse en esos lugares, así que no lográbamos hacer negocio. Pero nos lo pasábamos muy bien. En Radio MAI estuvimos 3 años, antes de centrarnos del todo en nuestro E-Zine. Pero esa es otra historia, la del próximo capítulo… Peluchico, aka Carlos Discordante (la imagen, la portada del nº6, también es obra suya).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una bonita historia, hay que contarla… 
pero faltan detalles… queremos carnaza!
cuéntalo todo!

Anónimo dijo...

Que buenos tiempos aquellos... ¡Viva LND! :) Lo cierto es que era de lo mejorcito de Zaragoza.